La garganta de Escuaín
La aproximación y el recorrido de la garganta de Escuaín permite admirar un territorio silencioso, profundamente rasgado en espectaculares grietas y cañones, arropados por una exuberante vegetación.
Entre los recorridos que pueden iniciarse en Escuaín, el itinerario a la fuente del Yaga es, sin duda, el más atractivo.
Época recomendable
Todas
Horario aproximado
2 horas
Dificultad
Itinerario fuera de sendero
Punto de partida
La aldea de Escuaín a 1209 msnm
La vía de entrada a Escuaín es la estrecha carretera del valle de Añisclo que tomaremos en Escalona, a los 11 kilómetros de haber abandonado Aínsa en dirección a Francia. Recorridos cerca de 2 kilómetros de esta pequeña carretera la dejaremos tomando un desvío a la derecha que nos lleva a Puértolas, desde donde continuamos por pista hasta Escuaín. Los 7 kilómetros de pista vale la pena recorrerlos a pie. La ruta está excavada en la falda del pico Castillo Mayor. A la derecha del camino se abren los abismos del río Yaga.
Las casas de Escuaín se asoman temblorosas a los barrancos del río Yaga, nunca mejor bautizado. La caída oscila entre los 200 y los 300 metros de desnivel.
El pueblo de Escuaín
Itinerario
Situados en la iglesia de Escuaín, iniciaremos la marcha pasando junto al cementerio en busca de una fuente, un transformador y la casa del Vaquero. Seguimos esta línea cruzando unos pastizales hasta asomarnos al cortado. Aunque parezca mentira existe un camino que permite descender a la confluencia del Yaga con otro barranco. La senda está señalizada inicialmente con mojones. En medio de una vegetación espesa en la que abundan los robles y el boj, bajamos en menos de tres cuartos de hora hasta la confluencia de las gargantas. El tramo más salvaje de la garganta de Escuaín se inicia a nuestra izquierda. El río cae en una cascada imposible de superar. Retrocedemos a la desembocadura. Allí encontraremos una vereda que se eleva sobre el cauce del Yaga, que queda a nuestra izquierda. Una vez remontada la cascada, volvemos al cauce. Caminamos por un singular pasillo entre murallas. El río se remansa en encantadoras pozas o badinas. El conjunto de cascadas deleita a quienes penetran en la garganta. Cuando llevamos unas dos horas de marcha el barranco se cierra bruscamente. Es preciso salirse del cauce siguiendo unos mojones, que a la derecha nos permiten ganar altura por un mal camino. Diez minutos después regresamos al curso del río. Aguas arriba un barranco afluente nos hace dudar sobre el itinerario. Sin entrar en él, continuaremos remontando el cañón del Yaga. A las 2 horas habremos alcanzado la fuente de Escuaín. La fuente es una briosa surgencia que se descuelga en múltiples chorros por la muralla. Sin dificultad podemos trepar a las bocas del río. La garganta no termina aquí, pero el curso superior está prácticamente seco. Cuando decidamos abandonar tan extraordinario lugar podemos hacerlo por un sendero que hallaremos algo más abajo de la fuente del Yaga, en la muralla contraria. Este sendero trepa hábilmente por la pared, cruza un pequeño túnel y sale a unos campos que dominan la garganta a vista de águila. Una hora nos cuesta volver a las casas de Escuaín utilizando este sendero.
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